Skip to main content

Todos conocemos mitos que vienen de los griegos y hemos escuchado el nombre de personajes como Hércules y Cibeles. También hemos oído (o quizá visto la película) de la Guerra de Troya, con guerreros como Aquiles, Héctor y Paris. Pero lo que casi nadie sabe es la enorme relación que los mitos clásicos tienen con Madrid. En esta entrada te contaré qué tienen que ver Hércules y Cibeles con esta ciudad.

Lo primero es tan simple que te extrañará. ¿Has mirado detenidamente el escudo de España? Efectivamente encontramos los símbolos de Castilla y León, una corona y otros elementos, pero a cada lado, además, hay una columna. ¿Sabes de dónde vienen? Son las columnas de Hércules, aquéllas que, según los griegos, marcaban el fin del mundo. Ellos decían “Non plus ultra”, es decir, “No hay nada más allá”. Sin embargo, cuando los europeos supieron que había otro continente, aquella idea cambió y, durante el reinado de Carlos I de España, se adoptó el lema “Plus ultra”, que hoy sigue apareciendo en el escudo.

Pero hay algo todavía más interesante: una leyenda que tiene su origen en un mito clásico. ¿Recuerdas la Guerra de Troya? Pues se dice que Bianor III, el descendiente de uno de los príncipes de aquella ciudad, vagó errante hasta llegar a un territorio donde fundaría la ciudad de Mantua de Carpetania. Posteriormente, Apolo se le apareció en un sueño, diciéndole que debía emprender un nuevo viaje hasta encontrar una señal.

Pasado el tiempo, Bianor soñó nuevamente con Apolo, quien le indicó que había llegado al sitio donde tenía que fundar una nueva ciudad. Ésta debía estar dedicada a la diosa Cibeles, quien también recibía el nombre de Metragirta. Se llamó de esa manera a la ciudad y, con el tiempo, su nombre evolucionó a Magerit y finalmente a Madrid. 

¿Sospechabas este origen tan legendario de la ciudad? Tal como esta leyenda, existen muchas otras que dan nombre a las calles o explican ciertas circunstancias. Quienes vivimos en Madrid casi siempre las pasamos por alto y los visitantes no suelen enterarse tampoco. Por eso hay que recorrer la ciudad con verdaderos conocedores y hacer cuantos tours de leyendas puedas.